martes, 9 de febrero de 2010

TENGO QUE DAR LAS GRACIAS.

Tengo que dar las gracias a muchas personas a las que realmente me entienden: parte de mi familia, amigos/as, muchos conocidos, que me han demostrado en muchos momentos su cariño desinteresado y sin saber yo que existía tal cariño.
He de dar las gracias a mucha gente pero sobre todo a mi madre, que es la que más me aguanta, la que a sus 82 años, que debería estar descansando, que ya bastante ha trabajado y sin embargo está haciendo cosas que me pertenecerían a mí, pero ve que no puedo y ella lo hace casi todo y sin un solo reproche.
Hay quien dice que no se puede ser amigo/a de tus padres……..Pues bien, he de decir, que la mía aparte de ser madre es mi mejor amiga, así como yo trato de ser madre y amiga de mi hijo.
Me ha dado la vida dos veces, aunque en la segunda me fastidiara, pero en el fondo la entiendo…….Yo hubiese hecho lo mismo.
Por todo lo dicho, por ser amiga, madre, trabajadora incansable para que no lo haga yo…….Por todo eso y por mucho más……..GRACIAS MAMI.

domingo, 7 de febrero de 2010



EL HOMBRE PEZ DE LIÉRGANES.

En una pequeña aldea cántabra, justo en el centro de un paseo llamado el paseo del hombre pez, se encuentra un monumento en el que se ve a unos pescadores que salvan a una persona de las redes, en el que pone lo siguiente:
- Francisco de la Vega Casar. Su proeza atravesando el océano de norte a sur de España, sino fue verdad. mereció serlo. Hoy su hazaña es recordada. Verdad o leyenda, Liérganes lo honra y le da así la inmortalidad.

Hacia 1674 un muchacho, Francisco de la Vega desaparece de Liérganes. Era pelirrojo y un gran nadador. Tomó las riendas del oficio paterno, la carpintería y se marchó a trabajar a Vizcaya. Allí, una noche sería tragado por el mar, era la noche de San Juan.
Francisco desaparece y no se vuelve a saber nada de él.
Cinco años más tarde, en plena bahía de Cádiz, los pescadores pescaron con sus redes a un ser que parecía un hombre pez.
Este hombre no hablaba apenas, su cuerpo tenía escamas y sus manos parecían aletas.
A unos 3 días de ser capturado el ser dijo su primera palabra: Liérganes.
Por aquel entonces Liérganes para esas personas no significaba nada pero un pescador dijo que Liérganes era una aldea de Cantabria y que él había estado allí.
No dudaron en ir hacia ese lugar. Nada más llegar el hombre pez se bajó de la carreta y se dirigió hacia una puerta. LLamó y de ella salió una mujer enlutada que no dudó en abrazarlo, eran madre e hijo. Francisco había sobrevivido y se había convertido en un hombre pez.
Se le practicaron exorcismos y rituales hasta que una noche, el hombre pez, cansado de tantas pruebas y de que lo miraran como a un demonio se dirigió al río de Liérganes, el río Viera, y se lanzó.
No se volvió a saber nada más de él.